No dejes que este sentimiento acapare tu ritmo de vida

La tristeza, un sentimiento que con seguridad sabemos distinguir con facilidad pues desde temprana edad nos acercamos a esta emoción, aprendemos que hay situaciones que nos hacen llorar y que algunas nos afectan más que otras. Los síntomas más evidentes de la tristeza en el ser humano son, como ya lo mencioné, el llanto, la lasitud (desfallecimiento, cansancio, falta de fuerzas), la astenia (falta de fuerzas, caracterizado por apatía, fatiga física o falta de iniciativa), el marasmo (suspensión, paralización en lo moral y en lo físico), la estolidez (falta de razón y de discurso) y el nerviosismo.

Todos sabemos que cuando estamos tristes no nos dan muchas ganas de hacer nada, pero es importante no dejar sumergirnos y atrapar por este sentimiento ya que su prolongación en el tiempo (de dos o más semanas) afecta sustancialmente las áreas de ajuste del ser humano (familiar, social, educativo, laboral…) convirtiéndose en una patología llamada Depresión, que recomiendo ser diagnosticada y tratada por un profesional. 

¿Pero qué hacer cuando me siento así?

Ya en la edad media, Tomás de Aquino planteaba algunos consejos para tratar la tristeza que me parecen muy útiles: 

Llanto. Tal vez has sentido que cuando contienes el llanto sientes lo que muchos llaman un “nudo en la garganta” algo no muy bueno, ya que el llanto nos ayuda a aliviar la tristeza, es una conducta innata que libera y si no se hace el dolor suele acrecentar. 

La compañía. La compasión o simpatía de los amigos, al compartir el dolor, lo alivia; y además el amor que nos dan, nos cura, al sabernos oídos y comprendidos. Rodearnos de los demás en los momentos difíciles es una de las claves para salir adelante, nuestras redes de apoyo juegan un papel importante en la construcción de un ser humano armónico pues somos en esencia animales sociales.  

La verdad. La contemplación de la verdad es para Tomás de Aquino el mayor placer que puede hallarse en esta vida. Aquieta uno de nuestros deseos más profundos y corona la parte más elevada de nuestro ser. 

Bien dicen: “la verdad os hará libres”. Vivir en la verdad te libera de remordimientos, de opresiones, de estados de ánimo disonantes y te permite vivir en armonía contigo y tu entorno.

Esta verdad es contigo mismo y con los demás. Lo especifico, pues a veces solemos mentirnos a nosotros mismos o a echarle la culpa a los demás e ignorar que uno puede ser parte del problema y también de la solución  

El sueño y el baño. Tal vez les ha pasado que después de llorar mucho les ha venido muy bien dormir o tal vez han llorado en la ducha bajo el agua caliente. Y han logrado experimentar lo reconfortantes y reparadoras que pueden ser estas prácticas cuando están tristes. Como bien dijo Tomás de Aquino: “Son deleites físicos que calman el espíritu”.

Por otra parte, ocupar la mente en actividades placenteras puede ser otra buena opción, por ejemplo: Hay individuos que prefieren expresar la tristeza a través del arte, o salir a caminar con su mascota, o simplemente abrazarla. En todo caso es importante expresar el sentimiento, apoyarse en el entorno y entender la tristeza como desahogo y no como un estado constante que cause perturbación.  

Finalmente, te recomiendo hacer algún tipo de ejercicio. Lo que sea que te agrade, puede ser trotar, caminar, saltar lazo, nadar, bailar…Este ayuda a desencadenar hormonas como la dopamina, serotonina y endorfinas que ¡Te harán sentir mucho mejor!

Dr. Janeth Rocío Corredor Ross

Psicóloga, Especialista en RSE, 

Coach de entrenamiento físico en Clasafit

 y deportista de rendimiento, selección Bogotá de Parapowerlifting.